miércoles, 11 de diciembre de 2013

Te lo juro.

Juro que si repruebo el semestre es gracias a ti. Juro que si dejo de trabajar es por tu culpa. Es más. Si me tropiezo con una cáscara de plátano o choco contra un poste y pierdo la poca gracia que mi físico posee te hago responsable. Porque estoy idiotizado.

No importa si es por tus besos, por tus berrinches, tus caricias o tus celos. No importa si es por tu maldita imagen que no me logro sacar de la cabeza o por tu "ay amor" tan característico al momento del éxtasis. No me importa por qué, no me parece relevante. El punto es que, hoy por hoy no me puedo concentrar, no puedo enfocarme, no me es posible trabajar.

O estudiar.

O hacer algo en lo que se requiera más del 10% de mi mente. Porque el 90% de mis funciones mentales ha pasado a segundo plano. Porque no me es posible hacer algo sin que éste me lleve a nosotros. Porque estoy discapacitado y cayendo. Gracias a ti.

¿Ahora qué? No te puedo sacar. Así que tendré que negociar con mi representación mental de ti y de nosotros al hacer el amor. Porque si eso no sucede, pronto me perderé por completo. Porque si eso no sucede, no sé qué será de mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario